Una
mañana calurosa de verano del año 2050,
en una casa de un humilde pueblo, San Javier, se hallaban limpiando un lúgubre
desván un par de hermanos, Luis el mayor contaba con treinta años mientras que
Rafa contaba con veintisiete.
- Qué pena que tengamos que vender esta
casa. – Comentó el menor de los hermanos.
- Ya, pero se lo prometimos a nuestro
padre, antes de que lo ingresaran en el hospital, - dijo Luis con tono de
tristeza - , Sigue envolviendo esos libros, y metiéndolos en las cajas qué
mañana vienen los nuevos residentes de la casa.
Los
dos hermanos siguieron envolviendo y metiendo en cajas todo lo que había en el
desván. Luis, un hombre alto de ojos marrones y pelo castaño, se encontraba
recogiendo la cristalerías y vajillas antiguas que habían guardadas, mientras
que el menor de los hermanos que era un muchacho de pelo negro con ojos color
azabache y de estatura normal se hallaba guardando los libros en cajas.
- ¡Luis! –Grito con tono de sorpresa el
menor de los hermanos.- En este libro aparece el nombre de nuestro padre, esta
titulado “Diario de uno más…”
- ¡¿Cómo?! – Exclamó Luis.
- Sí mira. -Dijo Rafa.
Los
dos hermanos abrieron el libro y en la primera página, aparecía dibujada en
tonos blancos y negros una rosa sangrando, debajo de ese dibujo tan bien elaborado
aparecía una inscripción Aquí permanecen
mis deseos, mis añoranzas, mis tristezas y mis lágrimas, aquí permanecerá
siempre mi corazón.
Luis
y Rafa, terminaron de recoger, envolver todo lo que había en el desván, y luego
terminaron la mañana limpiando el desván y el resto de la casa, dejándola perfecta
para los nuevos huéspedes.
Por
la tarde fueron al hospital a visitar a su padre. Entraron en la habitación y
en la cama postrado se encontraba un hombre que aparentaba tener setenta años,
dicho hombre tenía el rostro serio y llevaba unas gafas de color negro, que
solo dejaban intuir el azul de los ojos que se escondían tras ellas, su pelo algún
día fue negro, pero ahora se ha portado de color gris escondido tras las canas.
-
¿Qué tal hijos? ¿Qué lleváis escondido ahí detrás? – Dijo el padre con tono
serio.
-
Padre estamos bien. –Respondieron los hermanos al unísono.
-
Y lo que llevamos aquí detrás es un libro en el que pone tu nombre. – Dijo el
menor de los hermanos.
- ¿Se puede saber qué es? – Pregunto el mayor con mucha
curiosidad.
- Pues si no me equivoco ese libro azul es mi antiguo
diario, ahí escribí todo lo malo y lo bueno que me pasó en mi juventud, y cómo
conocí el amor de mi vida, en ese libro está toda mi vida, cuidarlo bien hijos
si no salgo de aquí. Leerlo si queréis aprender algo de esta vida tan injusta.
- ¿Padre que te ha dicho el médico hoy, como llevas los
pulmones? –Preguntó Luis.
- Pues me ha dicho que están empeorando, que como siga así
me tendrán que intubar. – Dijo el padre con tono preocupado.
De
repente se abrió la puerta de la habitación y por ella apareció una mujer mayor
un poco más joven que el padre de los jóvenes, pero más o menos de la misma
edad, tenía unos ojos de color marrón pero más tirando a verde y una melena que
en sus años fue castaña ahora se tiñe de color plateado, siempre bien vestida y
arreglada.
- ¿Se puede? – Pregunto la mujer, sintiéndose
como si no tendría que estar allí.
- Sí pase usted. – Dijeron los dos hermanos
a la vez.
- Mi nombre es Laura, ¿y ustedes? – Volvió
a preguntar la mujer con intriga.
- Yo soy Luis, el hijo mayor de Raúl, y el
que está a mi lado es mi hermano pequeño Rafa, ¿y usted de que conoce a mi
padre? – Pregunto con mucha intriga.
- Soy una vieja conocida de tu padre, de
cuando éramos jóvenes. – Explicó la mujer.
- Bueno padre nos vamos, así podéis hablar
de cuando erais jóvenes, Un beso cuídate. Otro para usted Laura. –Dijo el más joven
de los hermanos.
- Un beso padre. Laura un beso. Cuídese.
Los dos hermanos se
fueron por la puerta y se quedaron Laura y Raúl hablando.
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