Una canción, que vale una sonrisa.

Estás solo, en tu habitación, escuchando música en tu móvil. Cuando, de repente, llega esa canción, que te hace recordar. Recordar lo que le querías, el olor de su perfume, su sonrisa y sus gestos. De repente, en tu cara aparece una sonrisa tonta y de tus ojos cae una lágrima, no de tristeza porque se haya ido y la sigas amando, de alegría, por recordar una sensación olvidada. Recordar el amor de tu infancia, el primero, el único, el amor verdadero.

Escuchar una canción y pensar: "Deje ir lo que más quería".

El camino en solitario, te lleva a la soledad...

Hoy llueve, al igual que yo lloro, mi alma esta entristecida, pues el camino de la felicidad, se hace mas difícil, llueve y hace frió  cada vez hay mas piedras en el camino, sigo caminando, tropiezo y caigo sobre una roca, me corto en la pierna y comienzo a sangrar, pero cojeando, sigo caminando, por una senda cada vez mas complicada. Llueve más y más fuerte y hace más frío, pero sigo andando, vuelvo a tropezar y vuelvo a levantarme, la niebla cubre el horizonte, donde se halla la felicidad y sin saber donde voy, sigo caminando. Paro a descansar sobre una roca, cojo mi camiseta y la rompo, con ella me cubro la herida, para que pare de sangrar y sigo caminando. La lluvia ha cesado, pero las piedras en el camino han aumentado, cojeando, las esquivo como puedo. Ya casi he llegado, solo me queda subir hasta la cima de la montaña, donde se haya la felicidad y la paz y pienso, “¿Merece la pena subir, después de todo lo sufrido?”. Y sigo caminando. Ya he llegado, he hallado la felicidad, pero ahora estoy soló, lo he dejado todo, por hallar la felicidad, mi familia mis amigos, todo, se ha esfumado, estoy soló, en la cima, contemplando lo que me ha costado ser feliz. ¿Para qué? Para estar soló.

Para hallar la felicidad, no hagas el camino solo, hazlo con aquellos que te quieren y tu camino no se complicará. La felicidad es un don que se debe compartir. 

Una despedida sin adiós...

Vago por la senda, de la agonía, recordando lo mucho que me querías y como de pronto un día, sin saber porque, ya no te tenía, te fuiste y no te despediste, ni un adiós ni un hasta luego, solo cogiste tu maleta, la llenaste de recuerdos, tristeza y alegrías y te marchaste para siempre. No entiendo, ¿Por qué la vida es tan cruel? Te arrebata lo más valioso de tu vida, sin poder decir nada. Lo único que me ayuda a seguir adelante, son tus palabras y los recuerdos de lo vivido junto a ti.

No hay despedida, que no sea amarga, pero si se puede endulzar, recordando lo vivido, con aquello que el destino y la vida te ha arrebatado.

¿Qué se esconde tras el silencio?

Tras él, se esconde el verdadero pensamiento, aquel que es crítico, él que calla la verdad, es aquel que contradice a la razón. Se esconde, pues tiene miedo ha hablar, miedo ha decir una verdad, de la que luego se pueda arrepentir, se refugia en el silencio, que es el que da cobijo a todas las verdades del mundo. No calles mucho tiempo, hay que quejarse, de lo injusto, alzar la voz y demostrarle al mundo que somos un eslabón importante, que no se nos puede encarcelar.

Tu pensamiento se esconde en el silencio, ponle voz a tu silencio. Si te intentan callar, recuerda que, el que libre nace, libre yace.

Un Cuadro, un Recuerdo...

Hoy he colgado un cuadro en mi pared, un cuadro en el que salía reflejado en él, una experiencia que tuve. Estábamos ella y yo, bajo la lluvia,  enfocados por una farola, besándonos, en ese momento después del beso le decía: “Te he querido, te quiero y ¿sabes qué? Te seguiré queriendo.” Y ella me respondió con un beso. Hoy han pasado ya varios meses desde que ella se  fue, pero cuelgo  el cuadro de un recuerdo, un recuerdo que me hace sonreír, disfrutar y revivir aquel momento. Un cuadro que lleva tantas sensaciones en él reflejado y una promesa que hoy mantengo.

El amor no dura días, meses ni años, el amor es más que eso,  es un sentimiento que dura una eternidad. El amor es un don valioso, ama con cordura, aunque lo vivas con locura.

Mi camino...

He seguido mi camino, no he parado ni un instante, ¿ y que me encontrado?, un mundo de hipocresía y maldad, es un mundo horrible, que no merece la pena el camino recorrido, por esa autopista que es la vida, he llorado y he reído, he perdido a gente importante en mi vida, he creído tener amigos, que han resultado ser mi peor enemigos, he luchado por amores que no merecían la pena, he jugado con cada uno de mis sentimientos, para hacer sonreír a personas que creía que les importaba, en esta carretera me he caído y me he levantado, sin soltar palabra alguna, mi camino es corto y ya lo he pasado todo, solo soy un adolescente, que se ha cansado de andar por un camino que me ha conducido, a mundo lleno de maldad e injusticia, un mundo cruel con aquel que poco tiene, pues ese poco se lo arrebata. Pero he pensado en darme la vuelta volver por el camino que he venido y quedarme con lo poco que conservo, mi familia y mis amigos.

Si la vida te es injusta, se coge y se doma con la fusta. Si ella te derrumba, levántate y golpéala más fuerte de lo que ella te ha golpeado, pues mas fuerte es la fuerza de voluntad que la injusticia de este mundo.

Un rincón, un sueño.

No muy lejos de mí, no recuerdo el donde, hay un rincón que perdí, donde dejaba libre mi pensamiento, en ese lugar, es donde hallaba la paz y la tranquilidad, que me daba sentir el latido de mi corazón, el susurro del viento y el murmullo del mar, un lugar donde me desahogaba, lloraba y gritaba, pues mis secretos se quedaban entre él y yo, es ese lugar donde cada lágrima que echaba iba a parar al mar, es ese rincón que no era ni grande ni pequeño, estoy hablando del rincón de este humilde pensador, que no hace otra cosa que pensar en volver a ese rincón perdido. Caminare y luchare lo que haga falta para volver a encontrarlo, pues mi sueño es volver hallar el lugar donde nacía mi paz y tranquilidad.

Camina y lucha, no te rindas, siempre hay oportunidades, cógelas, y sigue para adelante. No pares de soñar, la vida ya es bastante injusta, para que te quiten la ilusión del soñar.

Otoño Tardío

He mirado por la ventana y he visto en mi jardín, como las hojas marrones cubrían el suelo, del árbol que plante en mi niñez. He mirado en mi pasado y he recordado que en aquel hermoso árbol, surgía una copa de un verde deslumbrante, en aquella copa, se posaban pájaros de toda clase y especie y su cantar alegraba mi alma, en la planta de aquel árbol, flores de todos los colores surgían y en su césped bellas criaturas vivían. Todo eso ya ha cambiado y no para bien, el tiempo se ha teñido de negros y grisáceos, donde había criaturas ya no hay nada, el verde césped se ha teñido de marrón pues las hojas lo han cubierto, donde la copa era verde, solo quedan ya sus ramas desnudas, ya en ellas no se posan los pájaros, ya mi alma en calma no queda, pues su dulce cantar ya no suena. He mirado por la ventana, y ya no esta mi niñez.

Mirar en el pasado, para descubrir que tu presente, es como el otoño, que destroza lo que la primavera ha sembrado.