Hoy
llueve, al igual que yo lloro, mi alma esta entristecida, pues el camino de la
felicidad, se hace mas difícil, llueve y hace frió cada vez hay mas piedras en
el camino, sigo caminando, tropiezo y caigo sobre una roca, me corto en la
pierna y comienzo a sangrar, pero cojeando, sigo caminando, por una senda cada
vez mas complicada. Llueve más y más fuerte y hace más frío, pero sigo andando,
vuelvo a tropezar y vuelvo a levantarme, la niebla cubre el horizonte, donde se
halla la felicidad y sin saber donde voy, sigo caminando. Paro a descansar
sobre una roca, cojo mi camiseta y la rompo, con ella me cubro la herida, para
que pare de sangrar y sigo caminando. La lluvia ha cesado, pero las piedras en
el camino han aumentado, cojeando, las esquivo como puedo. Ya casi he llegado,
solo me queda subir hasta la cima de la montaña, donde se haya la felicidad y
la paz y pienso, “¿Merece la pena subir, después de todo lo sufrido?”. Y sigo
caminando. Ya he llegado, he hallado la felicidad, pero ahora estoy soló, lo he
dejado todo, por hallar la felicidad, mi familia mis amigos, todo, se ha
esfumado, estoy soló, en la cima, contemplando lo que me ha costado ser feliz. ¿Para
qué? Para estar soló.
Para hallar la felicidad, no hagas el camino
solo, hazlo con aquellos que te quieren y tu camino no se complicará. La
felicidad es un don que se debe compartir.
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